Manchay

CASI. Manchay, 2009. Fotografía digital

Un hombre monta una cafetería al paso con una mesa y cuatro sillas. Al frente, tres señoras ofrecen la peluquería dominical donde se les modera a los niños. Otras reposan alegres bajo el tendido azul. Dos hombres azuzan el fogón para los anticuchos que curten en bateas salpimentadas. Todo esto llevado a la calle, potenciado como dominio del terreno blando en el que han encajado sus vidas.

La cuesta del cerro es la tribuna y está formada por el pedregullo que han ido dejando los camiones de las demoliciones aledañas. Hay perros curiosos que bajan a mirar el juego y empujan entre nuestras espaldas. No sé a qué equipo alentar. De pronto gritan ¡gol!... Gritamos ¡gol! Los perros ladran.

Comentarios

Pia Dyer dijo…
Volveremos con nuestras sombrillas por un buen corte de pelo

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