Cumbre

VENDEDOR DE NARANJAS. Lima, 2016. Fotografía digital


En Ciudad de Gosen, Villa María del Triunfo, el invierno trae la más espesa neblina que oculta a sus habitantes. Las chabolas son sombras que terminan empujadas a los cerros, desvaneciéndose entre ladridos de perros y el rumor que pasa por sus calles. El lodo de la llovizna -esa expresión cobarde de la lluvia- determina el equilibrio que hay que tomar al pie de las escaleras. Tos, alergia, catarro. Abajo, en la otra ciudad, los parlamentarios echan del cargo al ministro de educación y lo festejan con prepotencia, ¿cómo no dejar de hacerlo si la neblina son ellos? Ellos nos empañan cuando salimos a trabajar. Ellos son el virus que nos regresa a casa. En Ciudad de Gosen también llega el verano con sus rayos que lo dejan ver todo y espacian las formas, renaciéndolas en la luz. Una de ellas es Eber, con sus cajas de naranjas en lo más alto. 

Comentarios

Entradas populares