Ventanilla, pero no la de los bancos. Humedad y polvo. Ventanilla, pero no la de los autos. Perros deambulando en las veredas. Ventanilla, pero no la de las narices. Ventanilla la de la humedad, el polvo y los perros. Ahí estaba Raúl midiendo el nivel del aceite de su montacargas, destapando y tapando el motor. Con su ropa oscura de grasa. Con su piel pactando una vida con ella. También cuatro obreros venezolanos que conversaban tras una pila de ladrillos. Los invito a retratarlos para que envíen esta foto a sus familias, y se alegran frente a esa posibilidad. Los junto con Raúl, el mecánico, y mi memoria esboza al huancaíno Sebastián Rodríguez en sus fotos del asiento minero de Morococha. Inicios de siglo XX. Pero para el XXI habrá que reconfigurar el paisaje documental sobre lo peruano, si es que lo peruano es una existencia que no ha sido arrebatada por nosotros mismos desde el nacer. La masa trabajadora tiene hoy otras caras, otros designios, otras distancias. Ya no corresponde solo al obrero del siglo XX enjabonarse la cara y partir el tráfico que lo lleve a su empleo, ahora el obrero del XXI tiene nuevos compañeros con los cuales debe reconocerse a diario. La llegada de la otredad.
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| OBREROS DE PERÚ Y VENEZUELA EN EL CALLAO. Callao, 2019. Fotografía digital |
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| RAÚL, EL MECÁNICO. Callao, 2019. Fotografía digital |
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